Star wars: the clones collectoR
1977.
Star Wars había sido estrenada en los cines y estaba causando una revolución en el séptimo arte que cambiaría el Cine para siempre. También nacería un género de juguetes inspirados en esa película que pasarían de ser simples muñequitos para niños a objetos de colección para adultos.
Ese mismo año (hace muuuuucho tiempo, en un lugar nooooo tan lejano) dos hermanos se jugaron a la suerte quién iba a coleccionar qué bando de las figuras de acción fabricadas por Kenner para la franquicia Star Wars. Rebeldes o Imperiales. Imperiales o Rebeldes. Buenos o Malos. Malos o Buenos.
Yo quería coleccionar a los Imperiales, no me interesaban los rebeldes, los Imperiales eran los MALOS, eran los más oscuros, eran los mejores: tenían un líder recontra mostro vestido todo de negro, con capa y un casco como el de un soldado alemán de la Segunda Guerra Mundial, y los soldados del Imperio usaban (inútiles) armaduras que les daban un aspecto de lo más pro (inútil, también, dicho sea de paso).
Yo quería coleccionar a los Imperiales.
A la seca... ¡Yan-Ken-Po!
¡¡¡Pota madre, Jhonny, perdí!!!
Así fue cómo es que servidor, aceptando el resultado obtenido, tuvo que contentarse con los estúpidos y aburridos Rebeldes de marras.
¡Vaya qué mala suerte!
Y a la vez este evento sería el pvntvs incvbvs de una enfermedad que se manifestaría 31 años después, una enfermedad incurable presente en todo el mundo occidental...
Star Wars había sido estrenada en los cines y estaba causando una revolución en el séptimo arte que cambiaría el Cine para siempre. También nacería un género de juguetes inspirados en esa película que pasarían de ser simples muñequitos para niños a objetos de colección para adultos.
Ese mismo año (hace muuuuucho tiempo, en un lugar nooooo tan lejano) dos hermanos se jugaron a la suerte quién iba a coleccionar qué bando de las figuras de acción fabricadas por Kenner para la franquicia Star Wars. Rebeldes o Imperiales. Imperiales o Rebeldes. Buenos o Malos. Malos o Buenos.
Yo quería coleccionar a los Imperiales, no me interesaban los rebeldes, los Imperiales eran los MALOS, eran los más oscuros, eran los mejores: tenían un líder recontra mostro vestido todo de negro, con capa y un casco como el de un soldado alemán de la Segunda Guerra Mundial, y los soldados del Imperio usaban (inútiles) armaduras que les daban un aspecto de lo más pro (inútil, también, dicho sea de paso).
Yo quería coleccionar a los Imperiales.
A la seca... ¡Yan-Ken-Po!
¡¡¡Pota madre, Jhonny, perdí!!!
Así fue cómo es que servidor, aceptando el resultado obtenido, tuvo que contentarse con los estúpidos y aburridos Rebeldes de marras.
¡Vaya qué mala suerte!
Y a la vez este evento sería el pvntvs incvbvs de una enfermedad que se manifestaría 31 años después, una enfermedad incurable presente en todo el mundo occidental...