Por estos días se corrió en nuestro país una carrera tipo raid (largo recorrido, etapas bastante largas, duración de varios días) conocida como Caminos Del Inca (CDI). Es una competencia automovilística que para alguien que es aficionado al rally mundial y nacional (o por lo menos mientras este último brillaba) no tiene nada de atractivo. Y la razón es muy sencilla: los autos NO van rápido. No es lo mismo que un rally en el cual en etapas cortas y durante unos cuantos días pilotos y automóviles salen a comerse el polvo o el asfalto dando lo mejor que tienen para llegar al podio. Ahí los carros SÍ que van rápido. En un raid no, se anhela un podio pero la estrategia de carrera es diferente ya que como el auto debe recorrer cientos de kilómetros hay que ir cuidando el carro si por lo menos se quiere llegar al final de cada etapa.
En otras palabras y para quien esto escribe: aburrido (imagínense la voz de Homero Simpson, por favor).
Sin embargo como fotógrafo de la mejor y más importante publicación automovilística de este país (algo que declaro en pleno uso de mis facultades mentales y con sana veracidad) en varias ocasiones me tocó ir a fotografiar esta competencia. Y siempre lo hice con el mejor ánimo. Y es que por más que en los rallys la tremenda velocidad de las
máquinas es la auténtica fuente de divina inspiración para lograr fotografías de competencia realmente espectaculares, mientras que en CDI el desplazamiento de los
bólidos en el mejor de los casos
iguala la velocidad de taxi-limeño-promedio, viajar por tierra adentrándose en el Perú profundo siempre constituyó un auténtico placer para servidor. Un viaje al que siempre apostaba (si es que las condiciones eran las mínimas ideales) pues tenía la oportunidad de limpiarme y oxigenarme de los fagocitos ambientales de nuestra querida y contaminada Lima.
Este año, para mala suerte mía, no pude ir a causa de la aparición de una hernia en la columna.
Bueno, pura mala suerte. Pero... como siempre debemos decir: por algo será.
Sin embargo para alegría mía y de todos ustedes mi hermano el gran
¡Capitán! me envió unas fotos que hice en el CDI de 2004, fotos que ya había dado por perdidas.
En estas fotos, documentos importantísimos para el fotoperiodismo deportivo nacional, se da testimonio de la inadvertida presencia en nuestro país de uno de los personajes más queridos en el planeta Tierra y que formó parte del equipo que fue a cubrir la carrera. Este personaje fue nada más ni nada menos que ¡¡¡BOB ESPONJA!!!
¡¡¡SÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍ BOB-ES-PON-JA ESTUVO CON NOSOTROS, ESTUVO TRABAJANDO MANO A MANO CON NOSOTROS EN CDI DE 2004 SÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍ!!!
Y aquí les dejo el irrefutable testimonio gráfico de que tal hecho fue cierto. Y amén.
Em... ete... ¿alguien ha visto a Jhonny por allí?
¿Jhonny, Jhonny, dónde estás, Jhonny...?
¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa!
Sponge Bob Square Pants on Caminos del Inca 2004
(cuando lean la expresión -¡ahaaaaaaaa!- deben imaginar la estúpida risa de Bob Esponja)
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(1) El equipo incompleto que cubrió CDI 2004. De izq. a der:
D.A., D.H.,
O.T. y, claro, yo, su amigo Bob Esponja, ¡ahaaaaaaaaa!
(2) Al lado estoy corieeeeeeeendo por las pista por la que vinieron los carros ya que no pasaba ninguno, ¡ahaaaaaaaaa!, y al otro lado
(3) estoy en las calles de Huancayo, de noche, a ver si me levantaba alguna chibolita, ¡ahaaaaaaaaa!
(4) Siempre que salíamos para alguna etapa de esta hermosa carrera yo era el encargado de revisar la camioneta. ¿Me pregunto por qué siempre nos quedabamos parados en algún precipicio o a punto de caernos a un río, ¡ahaaaaaaaaa!, mi trabajo siempre fue impecable, ¡ahaaaaaaaaa!, de verdad, y nunca entendí por qué cada vez que estuvimos a punto de matarnos siempre me echaban la culpa a mí.
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(5) ¡Ay, qué lindo es este país! No tan lindo como el fondo de Bikini, pero sí que es liiiiiiindo. Supongo que a Patricio y a Gary les gustaría mucho. A Calamardo creo que le molestaría demasiado, ¡ahaaaaaaaaa!, por alguna razón cualquiera que ese huevón tuviese, ¡ahaaaaaaaaa! Y tal vez a Don Cangrejo este país le de algunas ideas para cambiar de una vez por todas esa mierda que me hace cocinar todos los días. Tal vez podría cambiar el menú a langostaburger, o langostinoburger, cochinillaburger, perroburger, llamaburger o alguna basura por el estilo, ¡¡ahaaaaaaaaa!
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(6)¡¡¡COOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOCHE A LA VISTA!!!
(7) Los nativos de este país son bastante amables, ¡y muchos de ellos realmente me conocían!, ¡ahaaaaaaaaa!, y hasta se tomaban fotos conmigo... Pero después de algunas fotos por aquí y otras fotos por allá ya empezaba a cansarme y a odiar a esos niños majaderos que además me insultaban llamándome Bob
Isponja... ¡w.t.f. es una
isponja!
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(8) ¡Ahaaaaaaaaa! Miren, este es Tito Pardo, un gran piloto peruano. Y en esta foto lo ven así porque le pasó algo muy extraño. Creo que de tan cansado que estaba por manejar tanto tiempo y tan duro se quedó dormido parado en el taller donde arreglaban su bólido, ¡ahaaaaaaaaa!, se quedó dormido parado, ¡ahaaaaaaaaa!
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(9) Cuando llegamos a Ayacucho lo primero que hice fue correr a un lugar para comer algo. ¡Me morííííííííííííia de hambre! Así que entramos en un lugar llamado pan-a-de-rí-a-y-pas-te-le-rí-a, ¡ahaaaaaaaaa!, pan-a-de-rí-a-y-pas-te-le-rí-a, ¡ahaaaaaaaaa!, ¡qué divertido! Pan-a-de-rí-a-y-pas-te-le-rí-a-pan-a-de-rí-a-y-pas-te-le-rí-a-pan-a-de-rí-a-y-pas-te-le-rí-a-pan-a-de-rí-a-y-pas-te-le-rí-a-pan-a-de-rí-a-y-pas-te-le-rí-a-pan-a-de-rí-a-y-pas-te-le-rí-a, ¡ahaaaaaaaaa!, pan-a-de-rí-a-y-pas-te-le-rí-a-pan-a-de-rí-a-y-pas-te-le-rí-a-pan-a-de-rí-a-y-pas-te-le-rí-a-pan-a-de-rí-a-y-pas-te-le-rí-a-pan-a-de-rí-a-y-pas-te-le-rí-a, ¡ahaaaaaaaaa!, qué divertido. Así que me compré un pan al que llaman FRANCES, que supongo en verdad debe querer decir francés, y al que la verdad no le vi nada de francés y sí, más bien, ¡ahaaaaaaaaa!, le vi forma de poto... Un momento: en verdad era un pan-poto, ¡ahaaaaaaaaa! ¡PAN-POTO!, ¡ahaaaaaaaaa!, por la forma, ¿ven?, ¡ahaaaaaaaaa!
(10) Y claro, después de tanto pan-poto tuve que ir al baño para tirar un cague por el poto, ¡¡ahaaaaaaaaa!
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(11) Saliendo de Ayacucho hicimos un camino infernal y bastante desolado. Hasta que llegamos al lugar más hermoso que pude ver en todo el viaje: Chincheros, en Apurímac (no se confundan con Chinchero, que está en Cusco). De hecho es el lugar máááááááááááááááááás bonito que existe en todo el Perú, ¡ahaaaaaaaaa!, y creo que hasta tiene la mejor cancha de fútbol de este país. Y aunque yo estaba más que harto de las fotitos con los nativos y de que me llamaran Bob
Isponja... no me pude oponer a esta encantadora estampa con un natural de Chincheros
(12). Y claro, no me pude oponer porque el hijeputa en cuestión tenía un tremendo machete al cual no se le podía decir que no. Y además el pendejo que teníamos como fotógrafo gozaba cada vez que a mí, a esta pequeñita esponjita marina, el peligro lo acechaba, así que en más de una ocasión, a pesar de su carita de buena gente, ese maldito artista de la luz me puso en situaciones bastante lamentables (creo que ese tipo, el fotógrafo, tenía un problema de
doble personalidad, ¡ahaaaaaaaaa!).
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(13) Aquí estoy con mis amigos (de izq. a der.) D.A. y O.T., los redactores del grupo. Mientras esperamos a que vengan los coches estamos revisando las información de los tiempos y el orden de salida, mientras que escuchamos la radio para saber cómo va la carrera. Pero en esta etapa y estando donde estábamos, a la salida de Andahuaylas, teníamos que esperar muuuuuuuuuuuuuuucho tiempo, ¡ahaaaaaaaaa!, así que como la espera desespera decidí relajarme un rato (14) y me armé uno más de los Tronchos Especiales de Bob (que claro que compartía con todo el equipo) para hacer de la espera algo más placentero. Y de verdad les digo que mis tronchos están hechos con un alga especial que me la juega Calamardo, ¡ahaaaaaaaaa!, y de verdad que son muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuy especiales ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa!
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(15) ¡ahaaaaaaaaa!
¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa!
¡ahaaaaaaaaa!
¡ahaaaaaaaaa!
¡ahaaaaaaaaa!
¡ahaaaaaaaaa!
¡ahaaaaaaaaa!
¡ahaaaaaaaaa!
¡ahaaaaaaaaa!
¡ahaaaaaaaaa!
¡ahaaaaaaaaa!
¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa!
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(16) ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa!
¡Ahaaaaaaaaa! No sé que me pasó. Creo que esa era la cosecha extra virgen de Calamardo, ¡ahaaaaaaaaa! Según mis compañeros de viaje perdí la razón por completo y no dejaba de decir ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! ¡ahaaaaaaaaa! Cuando llegamos al Cusco seguía diciendo solamente ¡ahaaaaaaaaa! así que me amordazaron y me amarraron a la cama y me encerraron en mi cuarto porque era una auténtica molestia, ¡ahaaaaaaaaa! Pero me las arreglé para escapar y conocer algo de la ciudad del Cusco (vean la primera foto de esta serie de fotos, la primera que está más arriba), ¡ahaaaaaaaaa!, pero mis compañeros me encontraron en la plaza de armas y me volvieron a encerrar, pero esta vez dentro de la caja fuerte del hotel, ¡ahaaaaaaaaa! Al día siguiente de eso ya estabamos saliendo hacia Arequipa y nos detivimos en La Pared (17). ¡Ah, qué lugar tan espectacular, como salido de una mala película de serie C de ciencia ficción!
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(18) Allí conocí a unas hermoooooooosas y duuuuuuuulces señoritas, que se mostraban muuuuuuuuy coquetonas conmigo. En especial la más bajita del grupo. Y como hacía ya varios días que no veía a Arenita estaba recontra carreta. ¡Y no lo dudé dos veces! Pues supongo que ya saben lo que pasó, ¡ahaaaaaaaaa! y no me culpen pues hombre es hombre. Pues... si ya saben lo que pasó... ¿me podrían ayudar a recordarlo? Porque la verdad de las cosas es que no me acuerdo ni mierda de mi sacada de vuelta a la Arenita. mierda mierda de mi sacada de vuelta a la Arenita. ¡De verdad, se los juro! Lo único que puedo recordar después de que el demente
doble o múltiple personalidad del fotógrafo del grupo me sacase la foto con esos cuerazos a los que me comí (¡carajo pero que no me acuerdo si de verdad me las comí o no!) es haberme despertado
(19) en medio de botellas vacías de cerveza, con el pico de una de ellas en la boca, ¡ahaaaaaaaaa!, totalmente
ébreo y con un dolor de cabeza espantoso. Ah, tampoco tenía mi reloj, ni mi billetera, ni mi caja de jebes ni las algas especiales de Calamardo, ¡ahaaaaaaaaa!, solamente tenía mi ropa y litros de chela absorbidos como una esponja, ¡ahaaaaaaaaa!, como una esponja, yo, Bob Esponja absorbió la chela como una esponja, ¡ahaaaaaaaaa! Por fortuna y antes de que uno de los nativos de esa parte del Perú me levantase del suelo y me usase como esponja lava vajilla llegó mi salvador, ¡ahaaaaaaaaa!
(20), sí, mi salvador fue O.T., que además de salvarme me dio un resondrón como nunca antes nadie me lo había dado y me dijo que esa era la última payasada que hacía en el viaje pues ya todos estaban cansados de mí, ¡ahaaaaaaaaa! Ay, bueno, de ahí en adelante me porté como una buena esponjita muy bien educada.
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(20)
Así que como me porté bien, ¡ahaaaaaaaaa!, los chicos me llevaron a conocer el Cañón del Colca. (21) ¡Ay, qué bonito lugar! Entonces todos nos pusimos a caminar por ese hermoso paisaje hasta que llegamos a un profundo acantilado para contemplar el majestuoso cañón. Observando yo esta maravilla, mis compañeros me preguntaron si me gustaría jugar. ¡SÍ!, dije yo. Y entonces el fotógrafo loco se me acercó y me preguntó si quería jugar a "Ciro". ¿A "Ciro"?, le pregunté yo porque jamás había escuchado hablar de un juego llamado "Ciro". ¿Quieres jugar a "Ciro", esponjita?, me preguntó el demente fotógrafo. Y entonces lo pensé y pensé que en verdad no quería jugar sino caminar por el cañón, ¡ahaaaaaaaaa!, sí, caminar y disfrutar de la hermosa naturaleza, ¡ahaaaaaaaaa! ¿Ustedes saben cómo se juega a "Ciro"?
(21)
(22) Y después como me seguía portando como una dulce esponjita me llevaron a ver las enigmáticas ¡ahaaaaaaaaa! Líneas de ¡ahaaaaaaaaa! Nazca ¡ahaaaaaaaaa! Creo que a Plancton le gustaría pero que mucho, sí señor, ver este misterio misterioso de este misterioso país, ¡ahaaaaaaaaa! Oh, por fin había recuperado el amor de mis compañeros. :) :) :)
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¡Ahaaaaaaaaa! Y para agradecerles el perdón que me habían otorgado de alguna manera tenía que devolverles la magnanimidad demostrada. Así que observándolos bien a todos pensé en qué podía hacer por ellos. Así que empecé por D.H. El pobrecito estaba tan pálido que la verdad es que merecía un poco de color en la piel, ¡ahaaaaaaaaa!, así que cuando se echó a dormir para descansar, en la playa de Puerto Inca (23), después de tantos días de manejar, le quité la sombrilla para que su piel tuviese más color, ¡ahaaaaaaaaa! Pero me olvidé de controlar el tiempo y las horas pasaron y se puso así, ¡ahaaaaaaaaa!, ¿acaso no se ve mejor?, ¡ahaaaaaaaaa!, tal vez se me pasó la mano al olvidarme de la hora, pero por lo menos ahora su cara tenía un poco color, ¡ahaaaaaaaaa!, si hasta de tanta radiación parecía que brillaba, ¡ahaaaaaaaaa! (23)
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Ay, qué desgraciado fui, pensé que estaba haciendo bien las cosas... pero al final mandé al hospital al pobre D.H., con pronóstico reservado... ¡ahaaaaaaaaa! Yo solamente quería hacerle un favor, ¡pero hice todo lo contrario! En ese momento solamente quería regresar a mi piña en el fondo del atolón, así que como estaba cerca de la orilla del mar intenté escabullirme mientras los paramédicos usaban el resucitador en el pobre y quemado y radiado D.H. Pero entonces el maldito fotógrafo me alcanzó (24) justo cuando iba a poner un pie en las marrones y espumosas aguas del Océano Pacífico y esta bestia demente se encargó de rellenarme a golpes sin piedad hasta que estuve llorando y pidiendo perdón mientras el desquiciado me decía que eso no era nada, que iba a desear no haber nacido, que me iba a llevar a una mazmorra medieval llena de instrumentos de tortura, que iba a implorar la muerte inmediata y que cuando me matase él iba a ir al mundo de los muertos para continuar con mi suplicio y que en ese momento yo iba a implorar la segunda muerte y no contento con eso me iba a seguir destrozando el alma o lo que sea hasta que no quedase nada de ella. ¡Oh, qué sufrimiento para esta pobre esponja! ¡Ahaaaaaaaaa! Y de no ser porque el otro integrante del grupo, D.A., se apiadó de mi sufrimiento creo que su amigo Bob no hubiera vivido para ayudar a publicar estas fotos y poder escribir estas palabras, ¡ahaaaaaaaaa!
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Pero después de todo fue un viaje interesante, agotador, sufrido y no sé que otras cosas. ¡Ahaaaaaaaaa!, me divertí muchísimo, a pesar de todos los golpes e insultos que recibí, ¡ahaaaaaaaaa! Bueno, eso es todo, peruchos , su amigo Bob "Gomeado" Esponja se despide de ustedes desde alguna parte de la carretera Panmericana Sur (26). ¡Chauuuuu! ¡Ahaaaaaaaaa! ¡Ah, y no se olviden de visitar la sección ¡¡¡SURPRAIS SURPAIS !!! para que vean a mi primo Sponge Bong Hemp Pants, ¡ahaaaaaaaaa!, es muy gracioso. ¡Ah, y otra cosa! Estén atentos a este blogg porque el próximo año podrán ver un reportaje gráfico de ¡¡¡BARNEY EN EL DAKKAR!!! ¡Ahaaaaaaaaa! ¡¡¡BARNEY EN EL DAKKAR!!! ¡Ahaaaaaaaaa! ¡Chaito!
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Jhonny, esta esponja está... ¿Jhonny? ¿¡Jhonny, dónde uatafak estás!?