martes, 15 de julio de 2014

Vivian Maier Loquita selfiE


Vivian maier: loquita selfiE

    Mira Johnny que cada vez que inicio un curso de fotografía le doy a mis alumnos un sermón parecido a este: “El arte es algo innato, lo llevan dentro de ustedes, en realidad todos lo tienen pero si lo desarrollan o no eso ya es asunto suyo, solamente tienen que despertarlo. Cuando les enseñe fotografía van a aprender a manejar las herramientas necesarias para lograr expresar su arte personal y particular, sus sentimientos más íntimos, a través de una cámara fotográfica; pero no crean que conmigo van a aprender a hacer arte, eso es absurdo, eso es ridículo pues eso, hacer arte, ya lo saben, lo único que voy a lograr con ustedes, recua de mulas, es guiarlos para que ustedes se pongan a sí mismos en una imagen bidimensional con cientos o miles de lecturas multidimensionales.” Por supuesto que las expresiones de estado zombie que veo a continuación me dan a entender que la mayoría de los estudiantes que tengo al frente no ha entendido ni un ajo de lo que les he dicho, y que o me van a tomar por una luminaria académica del arte de dibujar con la luz o por un pedagogo con master en chamullo. Sea como sea lo que siempre quiero decirles es que el arte no es algo que se aprende sino que se desarrolla desde adentro, que si no tienen algo particular que quieran expresar de nada les va a servir que gasten su tiempo y recursos en universidades, institutos o academias, y que de hecho muchos grandes artistas no gastaron su tiempo en academias, institutos o universidades pues simplemente aprendieron a sacar lo que tenían adentro de manera autodidacta, aprendiendo de la vida, en la calle, aprendiendo de otros o simplemente guiándose por su intuición (artística). Y mi perorata de inicio de curso se aplica casi con absoluta precisión al caso de una mujer con una mirada muy particular de su mundo y de su época y de sí misma, una niñera sin formación importante en arte alguna que el día de hoy está llamando poderosamente la atención de los amantes y críticos de fotografía, una fotógrafa anónima cuyo arte ha salido a la luz por pura casualidad: la señorita Vivian Maier, la hoy célebre Loquita Selfie.
http://falcopolis.blogspot.com/2014/07/loquita-selfie.html

miércoles, 2 de abril de 2014

Abejalipsis



¿ Abejalypsis ahorA ?


   Hay dos verdades ineludibles en la vida: la primera es que en este nuestro hogar, al que llamamos planeta Tierra, todo está entrelazado con un ingenioso equilibrio; la segunda es que Hollywood es la más miserable maquinaria de programación cerebral que existe y que inunda las mentes de las yentes de falsedades sin fin… aunque también de vez en cuando se presta a enseñarnos proposiciones valiosas del mundo real. Una de estas proposiciones la aprendí cuando estaba viendo (no con mucho entusiasmo, por cierto) la película Bee Movie. En una parte de esta película se ve que el Parque Central de Nueva York ha perdido todo su verdor a causa del boicot que las abejas causan al no polinizar las plantas de la ciudad. Hollywood me enseñó lo importante que son las abejitas en el complejo equilibrio entrelazado de la naturaleza y me enseñó que un hecho como ese podría convertirse en el preludio de un desastre planetario… algo que por supuesto no sucede en una película de animación para toda la familia con las voces de Jerry Seinfeld y Renée Zellweger. Pero algo que actualmente muchos investigadores apuntan como una posibilidad a tener en cuenta a causa de las inexplicables muertes masivas de abejas en todos los continentes que se vienen registrando desde hace casi una década.

jueves, 9 de enero de 2014

Humanos Eléctricos



¿Sueñan los humanos con "personas eléctricaS"?

   Ya sabes Jhonny que soy un apasionado de la tecnología. Siempre he pensado que el desarrollo de la ciencia junto con la aplicación de innovaciones técnicas en el día a día de nuestras variables vidas es una bendición de la inteligencia humana. Sin embargo no soy un geek ni un fan ático de los chismes de alta tecnología ya que, por sobre todo, soy un amante de la vida sencilla (tanto que cuando compré el teléfono móvil que actualmente tengo de entrada le dije a la vendedora: “Sólo quiero una cosa con la que pueda hacer y recibir llamadas y mensajes, nada más, no quiero complicarme la vida como esa recua de enajenados que andan por ahí con los ojos pegados a las pantallitas sin darse cuenta que lo que verdaderamente importa está fuera de las mamonas pantallitas y no dentro de ellas... zombies de mierda”), de una vida en la cual la tecnología esté a nuestro servicio para hacernos las cosas más fáciles, más simples y más seguras sin mayores complicaciones. De entre toda la avalancha de innovaciones que día a día inundan los portales y blogs dedicados a los asuntos tecnológicos hay un tema del cual estoy pendiente siempre: la robótica. Es verdaderamente apasionante, por un lado, y en los últimos años verdaderamente perturbador, por otro. Lo de apasionante va por el gusto que encuentro en el camino que la investigación en robótica está siguiendo para producir mecanismos independientes capaces de realizar funciones/trabajos/ayudas para el género humano, robots con tareas bien definidas para labores industriales, comerciales, domésticas o incluso terapéuticas. Lo de perturbador va por la tendencia que muchos investigadores están siguiendo para crear robots ya no tanto de apariencia antropomorfa sino de aspecto completamente humano. Y, como va la cosa, la aparición de un androide capaz de soñar con ovejas eléctricas podría dejar de ser parte de la obra literaria de Philip K. Dick para convertirse en una incómoda realidad. Habla, ¿vas o no vas?